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Toma un ferry de regreso a la Edad Media: excursión de un día a Tallin

Una excursión a la cercana Tallin es una de las mejores cosas que hacer mientras se visita Helsinki. La bella Tallin, capital de Estonia, te hará retroceder en el tiempo gracias a su increíble arquitectura medieval, sus edificios de colores pastel y sus históricas torres de vigilancia.

No es por quitarle mérito a Helsinki, la "hija del Báltico", pero Tallin, al otro lado del Golfo de Finlandia, merece la pena... aunque sólo sea por un día. Sobre todo si se tarda menos de dos horas en llegar en ferry.

Por eso tenemos 4 consejos que le ayudarán a organizar su excursión de un día a Tallin.

1. Organizar el viaje de vuelta
2. Atraviesa las torres y visita la Iglesia de San Olav
3. Bajar por Vene y llegar al casco antiguo
4. De la calle Pikk a la colina Toompea

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1. Organizar el viaje de vuelta

Tallin, al igual que Helsinki, es una de las ciudades más características del norte de Europa. Quizá pienses que un día no es suficiente para visitarla, pero como Tallin es una ciudad muy compacta, puedes recorrer sus calles y ver sus monumentos más emblemáticos en una excursión de un día. La mala noticia es que no querrás marcharte nunca; ¡por algo la llaman la "Perla del Báltico"!

Cuando estés a sólo 2 horas en ferry de una experiencia inolvidable, simplemente ponte en marcha eligiendo el día y la hora de salida. Y NetFerry vuelve al rescate; en nuestro portal de reservas, puedes comparar rápida y fácilmente los precios de los billetes para organizar su excursión de forma independiente.

El primer ferry sale a las 07:30 de Helsinki, y el último de vuelta es hacia las 22:30. Te recomendamos que vayas por la mañana y disfrutes allí de un día completo. El puerto de Tallin está a sólo 15 minutos a pie del centro de la ciudad, por lo que desplazarse es fácil.

2. Atraviesa las torres y visita la Iglesia de San Olav

Tu excursión comienza en las torres de vigilancia que rodean el centro histórico; se encuentran entre las mejor conservadas de Europa. Tallin era conocida como "una de las ciudades más fortificadas del norte de Europa" debido a la constante amenaza de invasión enemiga. El resultado son más de 2 km de murallas, de casi 16 metros de altura, a lo largo de las cuales había originalmente 46 torres de vigilancia. Hoy quedan unas 20, utilizadas principalmente como restaurantes y hoteles de lujo, por lo que el espectáculo ha permanecido intacto. Las dos atalayas más famosas son Paks Margareeta, que significa Margarita la Gorda, y Kiek in de kök, que significa asomarse a la cocina. La primera debe su nombre a los muros, de casi 5 metros de grosor; la segunda a su altura, gracias a la cual los guardias podían asomarse a las casas de los habitantes para vigilarlos desde la distancia. Aunque se construyeron con fines defensivos, cruzarlas es como adentrarse en un cuento de hadas medieval.

A continuación, hay que dirigirse a Olesviste kogudus, más conocida como la iglesia de San Olaf. Esta iglesia de estilo gótico fue construida en 1267 y es uno de los edificios más antiguos de la ciudad.

Un dato curioso: hasta 1625, el campanario de Tallin era el más alto del mundo. Su aguja se diseñó como punto de referencia para los barcos que se acercaban desde el mar, pero también actuaba como pararrayos, por lo que se quemó hasta los cimientos en tres ocasiones. Sin embargo, sigue figurando entre las torres más altas de Europa gracias a numerosas reconstrucciones y restauraciones.

Desde el exterior, la iglesia es discreta, pero el interior le dejará sin palabras. En primer lugar, encontrarás 31 bellas bóvedas estrelladas, algunas de las más altas del Báltico. Después, cuando subas a lo alto del campanario de 256 escalones, te espera una vista espectacular de todo el centro histórico. No es un mal comienzo del día, ¿verdad?

3. Bajar por Vene y llegar al casco antiguo

Continúa por Vene, la calle que antaño albergaba a los comerciantes rusos, hasta llegar al centro histórico. Pasea y piérdete en la belleza de esta zona, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. A continuación, visita Raekoja Plats, la plaza principal donde se encuentra el Ayuntamiento de Tallin. Después, la Farmacia Raeapteek, una de las más antiguas de Europa aún en uso y la primera actividad comercial del centro de la ciudad. Por último, diríjase al Pasaje de Santa Catalina, una de las callejuelas más encantadoras de Tallin. Las calles adoquinadas, los coloridos edificios, las tiendas y los artesanos locales harán de éste un maravilloso paseo por el casco antiguo medieval.

A continuación, dirígete a una calle llamada Pikk, también conocida como Calle Larga. Aquí, junto a unas vistas increíbles, encontrarás los Gremios, la cuna empresarial de la ciudad. Los más famosos son el Gremio Maggiore, en el número 17, lugar de encuentro de los comerciantes más importantes de la ciudad, y el Gremio S. Olaf, en el 24, el más antiguo de la ciudad.

4. De la calle Pikk a la colina Toompea

Tras recorrer una calle llamada Pikk, el destino final es un castillo en lo alto de la colina Toompea, también sede del Parlamento del país. Aquí también encontrarás la famosa catedral de Alexander Nevsky y la iglesia de San Nicola. Pasarás del colorido casco antiguo a verdes avenidas arboladas mientras disfrutas de una fantástica vista panorámica de la ciudad.

La historia de Tallin se cuenta a través de sus calles; puedes ir desde el centro medieval hasta el distrito financiero de Tallin o "ciudad nueva", donde encontrarás rascacielos y centros comerciales.

Estamos seguros de que en Tallin encontrarás lo que buscas, es una ciudad que es todo lo que quieres que sea con su oferta de museos, tiendas y restaurantes. Así que piérdete por sus calles y pásalo en grande viajando por el Golfo con NetFerry.

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L'autor: Mcmagency

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